domingo, 17 de junio de 2012

Frena.

Sentada en el mismo banco de siempre, como todas las tardes, he cogido un cigarro del bolso de mi madre, y mientras se consume en mis labios recuerdo esa noche en este mismo banco. Cuando me refugio en el pasado y en esa noche, mis piernas tiemblan, y tengo que cambiar de ropa interior.


Verano. Faldas de flores cortas, y camisetas ajustadas de colores, llorando en este banco por ese chico sin nombre que me había partido el corazón y con él la inocencia del primer amor.
Apareciste vestido de negro, como dicta el pecado.
Te sientas ofreciéndome un pañuelo y preguntando porque lloro.
No sé si era los efectos de la botella de vodka que tenía en las piernas, o por ese aroma que penetraba en mi nariz haciendo que me olvidara por un segundo.


-¿Por qué lloras?
-Me han roto el corazón.
Poniendo una mano en mi muslo, con lo que empecé a suspirar, me contestó.
-Yo nunca haría que lloraras a menos que fuera de placer.
-Sabes cómo conquistar a una dama-Le dije mientas me limpiaba la cara de lágrimas y con ellas el rímel. Cambie mi expresión.
-Aun no has visto nada- Y subió la mano más aún, asomándose por la falda, eso hizo que mi ropa interior empezara a humedecerse, lo notaba, ¿Quién era este chico?
-Javier.
-¿Cómo?
-Me llamo Javier, ¿Y tú?


 No quería decirle mi nombre, quería que fuera algo efímero, algo tan puro que no lo estropearan las formalidades. Mentí.


-Cristal. Pero me roto.
-Tranquila te recompondré, túmbate.


No quería ser tan sumisa, pero aun así lo hice. Como un cachorro asustado, esa voz grave, ese carisma, me impuso tanto..
Empezó a bajar la mano desde mi pecho hasta el ombligo, lentamente y con mirada lasciva, no podía pensar, tenía un murmullo en mi cabeza. ¿Quién era? ¿Qué estoy haciendo? Me da igual, soy mujer y hoy voy a hacer lo que me de la gana.
Se quedo al borde de mis bragas de niña, ¿Por qué paraba?
-¿Te mueres por que baje eh?


No contesté, ¿de verdad lo quería?, lo tenía al alcance de mi mano, no era lo correcto, ni lo deseado, pero ya no era correcta.
Levanté un ceja.


Bajo la mano lentamente, estaba tan mojada que le hizo sonreír.
Poco a poco y un ritmo lento empezó la función, quería que pasara al segundo acto, quería todo a cámara rápida.
Era como si aventuraba mis pensamientos, fue más rápido, mucho más.
Quería morir, quería morir cien veces.
No sabía lo que era disfrutar hasta que su mano se adentro en mí.
Estaba llorando de placer, gemía, gritaba, me consumía.
Le miré, no podía dejar de mirarle, quería que no dejara de mirarme.
Me corrí, y después otra vez.
Cuando acabó, me besó, me besó como nunca me habían besado, mordiendo, arañando y extrayendo toda mi esencia.


Me quite las bragas, y las tiré al parque, no las necesitaba. Me senté encima de él, y este se desabrocho los pantalones, cuando me penetro pensé que eso era el cielo, pasando por el infierno.
Que eso era lujuria, que eso de verdad era rozar el fin del mundo.
No corrimos a la vez, acabamos, me dio un beso en la frente.


-Siempre que llores, llora de placer.
-¿Te vas?
-Ya recompuse los cristales rotos, Noemi.
-¿Cómo sabes mí nombre?
-Me necesitas, pero aún no, yo acudiré cuando estés preparada, de momento vive.
-No sé de que hablas.
-Adiós bonita
Se alejó, con ese tono elegante.
No sabía nada de la vida, era solo sexo, pero cómo no tenía experiencia confundió el sexo con el amor.

viernes, 15 de junio de 2012

Ella era locura, él la calma.

-Habla.
+ El mundo va demasiado rápido, o soy yo quien va muy despacio.
Si sigo corriendo no disfrutaré del paisaje, si me sigo forzando , me romperé
Respiro cielo ¿sabes?
Arrastro mis cadenas porque no encuentro la llave.
Me aferro a ellas porque son MIS cadenas ¿entiendes?
Abre la ventana me estoy asfixiando..
-No.
+ Para mundo, deja que me baje.
-No.
+Ni sí ni no
Ni lógica ni razón
Ni hola ni adiós
Ni contigo ni sin ti
Parate mundo déjame bajar.
-No



+ Cada trago me conduce a mi parada de descanso
Cada calo un segundo más.
Cada verso, cada caricia , cada silencio..
He dicho que pares.
-No
+Odio sentir y es mi único motivo de existencia.
Follemos , me da igual que salga mal.
Es solo sexo, no hacer el amor.



-¿Te duele? No sabes lo que es el dolor.
-Cállate, no quiero hablar
He dicho que cierras esa bocaza y me beses.
Quiero ser tuya, por ahora.
El mundo era mio y me he caído en el
Los fantasmas de las navidades pasadas me muestran el futuro.
¿Pero sabes una cosa?
-¿Qué?
+Última parada.
-Final de trayecto.
+Buen viaje.


Volveré a por ti.

miércoles, 13 de junio de 2012

jueves, 7 de junio de 2012

El ruiseñor de mi ventana ya no canta, llora.

Rabia
Odio
Dolor
Decepción
Resignación
Olvido

Copa en mano
Cigarro en boca
Risa en comisura
Lágrima en mejilla
Te subestimé
No cometo el mismo error dos veces.





Misógina, misántropa, sociópata, ninfómana.
No. Tú lo que eres es idiota




Nunca creí que llegaría a odiar la palabra pequeña.

sábado, 2 de junio de 2012

La definición de la vida es problemas.


Si tuviera que cambiar algo de mi vida, seria esa jodida lámpara rota, cuando vengo sumamente puesto los sábados por la noche esa luz no me deja vomitar en paz.
La puta lámpara hace que la habitación de vueltas… Una y otra vez gira, sin parar, simulando ser uno de los efectos del LSD
Al final la romperé de un puñetazo, pero no tengo fuerzas, estoy demasiado ocupado echando las entrañas por la boca.
¿Por qué me he pasado tanto de la raya? Lo recuerdo. Sé a qué se debe mi estado. Han sido sus malditos labios. La boca que acompaña a esas curvas infinitas. Antes de conocer su nombre, su melena decidió darse la vuelta y dejarme atrás tras besarme. Debería odiarla, quiero odiarla.





Esa mirada felina que traspasó mi cordura, bebí para conocerla, bebí y bebo para olvidarla.
Como se dirigía a mí en la barra y por mucho que no quería mirarla acababa muriéndome por tenerla en mi cama.
Pienso constantemente en tocarla, acariciarla, hacerla sentir hasta que sus gritos invadan la casa. Se ha convertido en mi obsesión, tanto hasta ser la única razón para beber.
No como, lo substituyo por cerveza. Esas piernas, ese vientre que conduce a mi delirio y mayor fantasía.
Rozar su piel morena erizándose a la vez  que me excito y no parar aunque me lo ruegue, no me sé su nombre, pero memorizo sus curvas y su olor.
Joder, te exijo que desaparezcas al llegar al décimo trago de vodka. Déjame sólo soñarte, porque temo que al tenerte, dejes de ser perfecta.



Y si dejas de serlo, tendré que buscar otra excusa para beber.