Estar rota no es el problema, el problema viene cuando los monstruos se atacan.
Cuando el amor no lo es todo, ni los besos curan huracanes.
Y que más da que las balas tengan tequieros si se incrustan y sangran.
Cuantos tiros antes de decir lo siento.
Ya no hay tregua, ni descanso, ni tiempo.
Ni odio, ni perdón.
Dispara que yo ya estoy muerta.